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Una noche en el hotel, no pude evitar escuchar a unos huéspedes teniendo sexo apasionado en la habitación de al lado. Los gemidos y susurros eran tan intensos que no pude resistir la tentación. Me excité tanto que terminé masturbándome con fuerza, dejándome llevar por el deseo y la fantasía. Fue una experiencia inesperada y muy placentera.














